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VIII Muestra ( 02-08-2008 / 30-08-2009 )
Joan Puigdemont i Barranco,
exposición "Florilège"
Espacio: Museu Comarcal de la Garrotxa (Claustres del Museu)
A menudo, por no decir siempre, nos imaginamos todo un mundo de colores al hablar del mundo vegetal, en especial las flores. Pero no vemos más allá de los colores que nos maravillan, y así es!... una de las principales funciones de las flores y las plantas, a parte de su ciclo natural, es dejarnos boquiabiertos en ver un pequeño brote de color verde. Puede salir una espectacular criatura de la naturaleza, llena de colores y de formas que solo ells saben conseguir.
Desùés de mucho tiempo de retratar cuerpos femeninos, me he dado cuenta, o al menos así lo entiendo, que hay una relación muy directa en tre las flores y las mujeres.
En las dos hay una proporción de fragilidad, que por su belleza pareceria que se tienen de romper, combinada po otra parte de fortaleza, que pareceria que nunca pudiesses llegar a ellas... como si se opusiesen.
Evedentemente, en cada caso de forma diferente, claro!
Dar a entender lo que uno quiere transmitir es cosa dificil y mas si de lo que se trata es de asimilar dos partes que en un principio son totalmente diferentes.
el desnudo femenino nos transmite formas y movimientos muchas veces efímeros, pero que en aquel momento nos hacen desviar la mirada. Cada forma, cada postura, cada movimiento del cuerpo es una escultura contínua que solo podemos ver por instantes.
No hay color... sólo formas que a la vez se transforman en algo maravilloso lleno de sombras y contrastes, tan solo con el contacto de la luz...
Partiendo de estas escultutras, me he dado cuenta que si miramos con una sola luz, o sea, sin color, podemos ver un mundo fascinante dentro de las plantas y ls flores, donde no solo tienen cabida las que lucen mejores colores, si no que incluso, son más vistosas las que no disponen de el.
Por tanto, quiero intentar con esta muestra desviar la mirada del visitante hacia la parte mas oculta de las flores, que se percaten de sus formas... de sus hojas que timidamente nos dejan pasar la luz creando claroscuros, en definitiva, llegar a la sensivilidad del espectador.
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